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Foto del escritorDante Fiorenza

ROMA

Es conocida la creatividad itálica, han inventado las más bellas ciudades, extraordinarias arquitecturas, el esfumado y la perspectiva en la pintura, los bancos y los cheques, la radio, no se hubiese podido liberar la energía del átomo sin la contribución del físico Enrico Fermi… además de todo esto, han inventado también al terrorismo!

El senado romano, preocupado por los crecientes gastos de las campañas militares en la época del imperio, escuchó y aprobó un singular programa propuesto por lo generales romanos, el portavoz se expresaba, palabras más palabras menos, de esta manera: “… antes de entrar en los países que deseamos conquistar, vamos a preparar el terreno financiando y organizando grupos que trabajen para nosotros. Tienen que incendiar los graneros y los campos, saquear los poblados matando a los habitantes y violando a las mujeres, contaminar y estropear los recursos hídricos. Varios meses con estas acciones, con los pobladores terrorizados, entramos nosotros. En lugar de presentar resistencia armada, los vencidos nos van a recibir con los brazos abiertos pidiéndonos de rodillas que los ayudemos a liberarlos del flagelo de terror en el que se encuentran atrapados. Una vez ocupado el territorio, desactivamos a esos grupos”

El programa fue aplicado, con considerables reducciones en el número de víctimas en el ejército romano, y en los gastos de las campañas militares.


Testuggine, formación a forma de caparazón del ejercito romano


Veinte siglos más tarde en Italia, también se generó terrorismo, entre los años 1969 y 1974 hubo 4065 atentados terroristas que dejaron 92 muertos y 2795 heridos: las strage (masacros). Los más clamorosos fueron el de Piazza Fontana en Milán en 1969, el de Piazza della Loggia en Brescia en 1974, el atentado al tren Italicus en 1974, el atentado en la estación de Boloña en 1980. Esta vez no se trataba de invadir un país sino de condicionar a la sociedad y a la política, para asegurarse una orientación autoritaria y anticomunista. La organización de la mayoría de los atentados estuvo a cargo de una organización secreta de tipo masónico llamada Loggia Propaganda Due, dirigida por Licio Gelli. En plena guerra fría preocupaba a la CIA el poderío del partido comunista italiano. Los atentados tuvieron varios efectos: la gente erróneamente los atribuía a la extrema izquierda, eso desplazaba la aguja de la balanza electoral: disminuía el Partido Comunista y crecía la Democracia Cristiana. El clima de terror servía además para justificar un futuro golpe de estado; efectivamente en 1970 en Italia hubo un tentativo de golpe por parte del general Junio Borghese, Gelli estaba en el comando que tenía que arrestar al presidente Zaragat. El golpe fracasó porque a último momento no se hizo como estaba previsto una llamada telefónica el presidente Nixon (Estados Unidos apoyaba el golpe, con tal de que el gobierno durase un año y programara elecciones con la proscripción del Partido Comunista) además varios militares defeccionaron. Gelli tenía contactos con la CIA y reclutaba a oficiales de los servicios secretos, militares, parlamentarios, industriales y periodistas; esa red internacional incluía a Brasil y Uruguay, pero es en Argentina donde tuvo la mayor penetración. Gelli, que siempre se declaró amigo estrecho de Perón, se ocupó personalmente de tratar con la junta militar argentina el regreso del general al país. No le resultó difícil convencer a la junta militar: a nadie le interesaba el avance de una guerrilla con un creciente apoyo popular que creaba acciones como la del Cordobazo. El regreso del caudillo era esencial para poner freno a ese avance. Debido al éxito de Gelli, Perón en señal de agradecimiento lo condecoró con la Orden de la Cruz del General San Martín; Gelli fue además agregado económico en la embajada argentina en Roma y cónsul honorario en Florencia. Gelli después del regreso de Peron creo varios negocios en el sector petrolero y financiero en Argentina, involucrando a los banqueros italianos Ortolani y Calvi. Un allanamiento descubrió la red oculta internacional de la P2 con 960 inscriptos, entre ellos figuran Carlos Alberto Corti, Alberto Vignes, Raul Lastiri, José Lopez Rega, Emilio Massera y Suárez Mason.

A esta altura el lector comprende el rol de Gelli en lo que sigue: crear las condiciones para que la clase media argentina justifique y acepte un golpe de estado. Cuando Perón deseaba promover su regreso, estimuló el desarrollo de lo que llamaba formaciones espaciales, o sea la guerrilla. El caudillo uso a los Montoneros como pieza clave de ajedrez para presionar y poner en jaque a la junta militar. Cuando regreso al poder, su proyecto de conciliación de clases dentro de la ley, fue rechazado por las juventudes peronistas, para empeorar las cosas en el gobierno Perón se rodeó del ala derecha. Montoneros con su accionar favoreció la reacción de la ultra derecha: matan a José Rucci, sindicalista muy cercano a Perón, y la fractura es ya inminente, como pueden considerarse peronistas quienes asesinan a un hombre de confianza del general? Acaso se sentían más peronistas que Perón? Entra en acción otro inscripto en la P2, López Rega, funda las A.A.A. (Alianza Anticomunista Argentina) y comienza en plena democracia el accionar de los escuadrones de la muerte y los grupos paramilitares. Comienza la guerra sucia con secuestros, torturas y desapariciones. Para algunos analistas el golpe militar a esta altura era superfluo, pero llega igualmente. La mayor derrota del caudillo fue no lograr desactivar a la guerrilla, como habían hecho los antiguos generales romanos. Con 100 millones de dólares obtenidos en los secuestros, Montoneros es el grupo armado más exitoso, financieramente hablando, de toda la historia de la lucha armada; esa suma terminó depositada en el Banco Nacional de Cuba (Cuba? pero cómo? y la tercera posición?). Recién en 1991 la justicia argentina consiguió congelarlos, con la esperanza de que los herederos de Juan Born recuperasen al menos parte de los 64 millones de dólares pagados para su liberación. Fidel Castro prometió devolver esos dólares, con la condición de que se pusieran de acuerdo las tres facciones en las que se habían dividido los Montoneros. Inmediatamente después del golpe de estado en 1976 (Massera y Suarez Mason son inscriptos de la P2) la junta militar envía un telegrama a Gelli (llamado el gran titiritero) para comunicarle que todo había resultado tal como había sido planeado.

En 1981 la Comisión Parlamentaria de Investigación sobre la Loggia Propaganda Due, dirigida por Tina Anselmi disuelve a la P2 y la declara organización criminal. En 1982 Gelli el hombre de las mil caras, es arrestado en Ginebra cuando con un pasaporte falso trataba de extraer dinero de un banco.

No sorprende que en 1983 logre escapar de una prisión en Suiza. Siguen 16 años de procesos (siete), condenas y fugas, hasta su desaparición definitiva cuando cumplía un arresto domiciliario en su principesca residencia de Arezzo en 1991. Además de perseguirlo por subversión y terrorismo, la justicia italiana lo buscaba también por la bancarrota fraudulenta del Banco Ambrosiano. Una idea del poder de condicionamiento que tuvo es el éxito y el rol que han tenido en Italia dos de sus inscriptos: Bettino Craxi y Silvio Berlusconi.

Para poder tener un futuro feliz es fundamental estudiar y comprender a la historia, para entender nuestro presente y no cometer los mismos errores.


El tren Italicus, 1974



Banca Nazionale dell'Agricultura, Piazza Fontana, Milán, 1969


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