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Foto del escritorDante Fiorenza

UNIDAD BÁSICA

Mi abuelo paterno Arturo era zapatero, nunca tuvo un negocio sino que trabajaba en su casa, esto no le impidió con sus ahorros comprar cinco terrenos, dos de ellos (una idea muy calabresa) se los vendió a dos de sus hijos: Francisco y Nello (mi padre). La casa de mis abuelos ocupaba dos terrenos, uno para la casa y el otro era una magnifica huerta y un jardín que cultivaba mi abuela. Los terrenos de sus hijos estaban unidos por los fondos, y se asomaban a otra calle, no había ningún cerco entre ellos. Esto permitió hacer las delicias de los niños, que podíamos pasar de una casa a la otra, quedarse a comer, corretear y esconderse o escapar por el otro terreno y la otra calle, si las aventuras lo requerían; todas las puertas estaban abiertas y se cerraban con llave solo al anochecer. En 1962 mi tío Francisco transforma su casa en una Unidad Básica.



Una noche, yo tendría unos siete años, tuve una terrible pesadilla: unos enormes simios me perseguían, me desperté en llanto, a los gritos. Acudió mi padre y me condujo a la cocina de casa, donde estaban reunidos varios compañeros, mi padre dijo: “le tiene miedo a los gorilas” hubo una risa general, mi padre me explicó que los gorilas no eran animales, ni simios, eran hombres como nosotros aunque con ideas políticas diferentes. “Me toman por tonto” pensé, yo ya sabía lo que eran los gorilas, pero eso no impidió mi angustiante pesadilla.

Mi tía se acercó una mañana “golpearon la puerta muy fuerte a las tres de la mañana” “quien es?” “la Federal”… se llevaron preso a Francisco!” Mi padre inmediatamente se acercaba al Consulado General de Italia en La Plata, se activaban las autoridades y tomaban contacto con la policía directamente solicitando la liberación de los ciudadanos italianos, lo cual ocurría en pocas horas. Una vez el comisario dijo: “y estos porqué no se dejan de joder? si ni siquiera pueden votar!” Otra vez estaban pegando carteles en calle 7 y se llevaron presos a todos, incluido mi padre. Me costaba entender que alguien pudiese ser detenido solamente por colocar un cartel de propaganda política.

En época electoral se instalaba una bocina en el techo, era un altoparlante con un cono de metal agregado, esto estaba apuntado hacia calle 7 o sea donde estaban los radicales, considerados enemigos. Esto no impedía, que mi padre solicitara al señor A. exponente radical, que le permitiese usar su teléfono, la cosa me sorprendió porque conocía la rivalidad política; mi padre comentó que A. que era muy amable y que tenía que insistir para dejarle las monedas del costo de la llamada, que se negaba en aceptar. Un día de elecciones, en el comité radical de calle 7 hubo preparativos de un gran asado… luego de que se conocieran los resultados, en esa sección ganaba siempre ampliamente el peronismo, parecía muy quieto y silencioso ese asado. En las elecciones sucesivas mi padre comentó: “esta vez los radicales se avivaron, el asado se lo comieron al mediodía, antes de los resultados electorales”

Una vez mi padre me llevó a un asado en el Sindicato del Vestido, no recuerdo otra noche tan lluviosa como esa, habían cubierto un gran patio con un toldo, pero el peso del agua inflaba peligrosamente el toldo, por eso lo empujaban hacia arriba con escobas para vaciarlo. En dos ocasiones llegó un bocado de asado, mi padre me los ofreció y eso fue todo. Me explicaba mi padre de que habían calculado mal las cantidades, nos tuvimos que retirar, muertos de frío y de hambre.

Una noche fuimos a un asado peronista, no recuerdo bien porque mi papa no fue, yo estaba con mi mamá, mi tío Francisco, mi tía y mis primos. En un local con grandes cristales hacia la vereda, habían acomodado caballetes y tablas con manteles blancos. En un santiamén veo incrédulo una escena que se desarrollaba en la vereda: unos veinte hombres que estaban en el local y otros veinte hombres que habían descendido de varios autos negros, se estaban agarrando a trompadas! Me impactó el hecho de que los atacantes estuviesen todos vestidos del mismo modo, traje negro con corbata, los “nuestros” estaban en mangas de camisa. Ya le escena me parecía surreal, mi tía y una prima me hacen observar que una niña de más o menos 8 años, se aplicaba con ahínco en propinar patadas en las tibias de los agresores, los cuales como es de entender, no la veían porque estaban empeñados en mantener la guardia en la pelea. Alguien con un revolver aplicó un culatazo en la cabeza a mi tío Francisco. En instantes la cosa terminó, los atacantes se retiraron; algunos sugirieron a mi madre: “señora agarre a sus niños y vayansé inmediatamente antes de que llegue la policía”. Subimos al auto Rugby de 1927 de mi tío Francisco, manejaba con una sola mano, con la otra se comprimía la herida que sangraba profusamente, juraba ocuparse del autor del culatazo, por suerte eso no ocurrió. Mi tío, a pesar de su herida, quiso absolutamente ir a visitar a una “compañera”. Le decían que era mejor volver a casa a curar su herida, pero al final detiene su auto en una casa, golpéa, sale una mujer de unos 30 años, habla brevemente con ella pocos momentos y regresa al auto. Le preguntamos quien era esa mujer y porque quiso pasar a saludarla. “Es por solidaridad, al marido de esa compañera hace poco, lo mataron por la espalda”…no quiso dar más detalles. Llegamos a casa y le pido a mi papá que me explique lo ocurrido, me dice que los agresores eran de un sector sindical más conservador… “por eso el ataque? por eso nos arruinaron el asado?” Me responde que para ellos nosotros éramos traidores y los verdaderos peronistas eran ellos… me promete darme más explicaciones cuando yo sea más grande, pero eso nunca ocurrió.

Una tarde de 1973 yo estaba entregando boletas electorales con mi vieja bicicleta roja, me cruzo con mi primo H. el cual observa el paquete de boletas y me comenta: “todo eso tenés que entregar?” “si, tengo para varias horas, tampoco termino hoy” “dejá las boletas, andá a tu casa a estudiar o a tocar la guitarra, porqué perdés tu tiempo? No te diste cuenta todavía que lo único que realmente quieren es acomodarse?” Efectivamente después de las elecciones hubo un reparto de puestos públicos o sindicales para todos, hubo solo dos excepciones: mi padre y yo.

Alfredo Muñoz era infaltable en las reuniones de la U.B. jamás hablaba, una noche alguien que no lo conocía bien pregunto: “y usted Alfredo que opina?” .“Alfredo no opina porque es apolítico” el autor de la increíble frase era mi padre. Cuando terminó la reunión, cada uno volvía a su casa, en la vereda (yo tenía 13 años y Alfredo unos 43) le pregunto a Alfredo: “como apolítico Alfredo? usted no está inscripto en el Partido Comunista? porque viene a la U.B.?” Alfredo sonríe y me dice: “me interesa el peronismo más que nada por curiosidad, estuve inscripto en el P.C. pero una noche discutimos: les pregunto si en el caso hipotético de llegar al poder por las urnas (algo improbable) pensaban anular la propiedad privada, me respondieron que absolutamente no! Concluí que ninguno de ellos era comunista, se armó un gran revuelo porque les dije que para mí el P.C. era en realidad una agencia de propaganda soviética… como les costaba mucho confutar lo que dije resolvieron expulsarme esa misma noche” le digo “usted no estaba en la Armada Argentina?” “si, también me echaron, me dieron la opción de borrarme del P.C. porque según ellos eso era incompatible con la Armada, yo no acepté, entonces resolvieron otorgarme un retiro anticipado con jubilación”. “porque viene a las reuniones de la U.B.?” “me interesa porque es por ahora lo único que tenemos, pero querido Dante, no te hagas muchas ilusiones, el peronismo es un gran engaño”. Boquiabierto le digo que me explique porqué: “el peronismo es muy amplio, de la mitad digamos hacia abajo, es de izquierda; pero de la mitad hacia arriba, hacia la cúpula que manda, es de derechas, es conservador. Por esto si se vuelve al poder, la cúpula de derechas jamás va a responder a las legítimas demandas de la base de abajo”. Le digo “y Perón?” “es el líder pero es el más grande engañador, favoreció la concentración de desheredados alrededor del conurbano, solamente para tenerlos al alcance de su palabra en los actos; nos endilgó una clase sindical patotera y mafiosa, antes o después los dos sectores que forman el peronismo pueden enfrentarse… pero en realidad yo no quería hablar, entra a tu casa que tu mamá te estará llamando para la cena”. Bastante preocupado por los dichos de Alfredo, yo tenía en gran consideración su opinión porque era por lejos el más preparado de todos políticamente… le cuento todo a mi papá, el cual comenta “Alfredo tiene su modo, muy crítico, pero vos no te preocupes, cuando esté en el cuarto oscuro va a votar por Perón”.


Algunas noches, después de las reuniones en la U.B., seguía en la cocina de mi casa una tertulia con pocos compañeros. Era un gusto conversar con ellos, especialmente con R. y con N. ambos muy bibliófilos y excelentes narradores. Se hablaba de Freud y la interpretación de los sueños, de la filosofía griega, de astronomía… entre tazas de café y copitas de anís. Una tarde visitaba a mi abuela paterna Filomena, la cual jamás había pronunciado una sola palabra en castellano, hablaba solamente dialecto calabrés, que yo aprendí a comprender a partir de los seis años. Me expresaba su absoluta contrariedad respecto a las tertulias en mi casa, con los compañeros que recibía mi padre, me decía también que sus otros dos hijos, eran “peronistas hasta la muerte”. Traté de entenderla mejor y me dice que R. y N. entre otros eran traidores, que en realidad eran comunistas. Yo era un niño y me parecía una acusación muy grave. Filomena no sabía leer ni escribir, eso no le impidió sugerir mi nombre al nacer: dijo que ya estaba Beatriz, mi hermana, por eso era buena idea llamarme Dante, evocando la Divina Comedia; obviamente jamás había estado en la U.B. y salía raramente de su casa. Evidentemente había escuchado comentarios de mis tíos, los cuales junto con mi padre habían participado activamente en le resistencia peronista a partir de 1955, cayendo a veces presos. Me parece sugestiva esta idea tan arraigada de buscar traidores, aún dentro del mimo sector político y dentro de la misma familia. De más está decir que no había comunistas infiltrados en la U.B., el único comunista o ex comunista era el infaltable Alfredo Muñoz, aceptado por todos en su condición de observador apolítico.

Una noche mi padre dice que habían pedido a la U.B. que propusiera un candidato para ocupar el cargo de Delegado Municipal de Villa Elvira. Todos pensamos inmediatamente en N. era un hombre muy culto, inteligente y muy bueno; durante la reunión en la U.B. todos por unanimidad hacen esa propuesta al secretario O. el cual invita a N. a responder: “les agradezco mucho a todos por haberme elegido, pero yo por respeto a las jerarquías creo que corresponde en primer lugar hacer la propuesta de candidatura a nuestro compañero secretario O”. “y yo acepto encantado!” fue la fulminante respuesta de este último... se hizo un silencio absoluto y la reunión concluyó. Una vez en casa, cenando, mi padre comenta: “Todos quedamos decepcionados, O. es menos culto, menos inteligente y más superficial. N. no tiene experiencia: nos explicó que dijo lo que dijo por pura formalidad, por cortesía y educación, convencido de que O. lo iba a entender así e iba a rechazar lo que se le ofrecía” Le digo a mi padre que había que rever el tema, convocar otra reunión, el candidato tenía que ser N.!. “no Dante, ya está, es cierto que el secretario es O. y puede corresponder a él el cargo… es así, en la política prevalecen los O. y no los N. no se abren camino los más capacitados sino los más astutos”

Transcurría sereno el vuelo Roma - Buenos Aires, era el 2011, yo regresaba definitivamente al país después de 30 años de permanencia en Italia, para mi ex mujer era una emigración. Yo comentaba el crecimiento de la economía del 7 % anual, una tasa china, la carga impositiva que el gobierno de Cristina Kirchner imponía para poder financiar su extenso programa social; después supimos que eros números no eran reales y estaban dibujados. L. me comentaba la preocupante raíz fascista del peronismo; le comento que en Italia los partisanos, o sea buena parte de la clase trabajadora combatieron contra el nazifascismo, mientras que en Argentina la clase obrera estaba con Perón. Ella responde: “todo lo que vos quieras, pero a mí todo esto me parece muy populista. En los populismos una casta se enriquece mientras que para los demás un desarrollo sano y real está negado.” Tarde años en comprender el alcance de lo que me decía, como italiana ella estaba vacunada contra el fascismo y por ende también contra el populismo que es su derivación histórica. Ernesto Sábato por ejemplo decía que el fascismo en realidad no había sido derrotado sino que había triunfado persistiendo bajo otras formas. En Italia tratar de reconstruir el partido fascista es un delito penal muy grave, cada italiano está vacunado contra el fascismo. Los hijos de los nazis en Alemania y los hijos de los fascistas en Italia han sido antinazis y antifascistas; esto no ocurrió en Argentina con el peronismo, por eso es un país que mira hacia el pasado. Pueden imaginarse un Partido Fascista en Italia o un Partido Falangista en España? En Argentina no existe por el momento una oposición real: a ambos lados de la llamada grieta, las dos fuerzas no son antagonistas sino secretamente complementarias, cada una se justifica dialécticamente porque existe la otra. Ambas son perjudiciales y obsoletas, sin ideas ni proyectos, lo que hacen es frenar cualquier intento de cambio estructural real. Hay que esperar el avance de un nuevo futuro movimiento de los ciudadanos, que no debe provenir de la política sino de la sociedad, como ha sucedido en Italia con el Movimiento 5 Estrellas… un tema para otro Apunte.





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